¡Pasé a 1er. año!

Empecé el curso básico en la Escuela Municipal de Cerámica de Lomas de Zamora a principios de año porque con el lío de la mudanza y la bancarrota consecuente a la separación tuve que parar con mis cursos de diseño y tejido y no podía estar sin hacer nada.

Empecé porque era barato, cerca y era una forma de no perder el tiempo, de aprender algo. Me resulta intolerable "pasar el tiempo". Necesito hacer o aprender o las dos cosas, sacarle el jugo a la vida, llevarme todo lo que pueda de cada experiencia. Y por eso me mandé. Ya lo había empezado una vez, hace muchísimo, cuando recién me mudé a Temperley y mi vida y yo éramos otras. Más tristes, más resignadas, más convencidas de que nada tenía mucho sentido. Por eso lo abandoné al mes (por eso y por otras cosas, pero esa es oootra historia).

Pero sin presiones decidí probar otra vez, aunque sea para sacarme la duda de si era yo la que no servía o el momento en que fui la otra vez no era el momento... y como quien no quiere la cosa fui un mes, dos... vacaciones de invierno... continué después de las vacaciones... ahí más o menos me di cuenta que no había faltado nunca excepto una vez que me enfermé... y sin darme cuenta llegué a fin de año con todas estas piezas hechas y con un ¡9! de promedio:

de izquierda a derecha y de arriba a abajo: vasija escultórica con engobes, vasija levantada a chorizo con engobes, vasija de pasta con arena cocida en horno a leña, utilitario en raku, escultura en pasta con vermiculita cocida en horno eléctrico, vasijita levantada a pellizco en raku, esculturitas varias en cerámica negra

Y más aún: disfruté enormemente el hacerlas, descubrí el placer alquímico de la cerámica, de darme cuenta que puedo dar forma a lo que siento, a la vez que conocí a esta gente maravillosa, ¡mis futuras compañeras de primer año!: