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Currículum. Cambios...

miércoles, 14 de julio de 2010
... para regresar al comienzo.
Cuando estaba en la escuela secundaria, allá por la segunda mitad de los '90, tenía una amiga, Natalia, con la que éramos como hermanas. Nos veíamos en la escuela, nos juntábamos a estudiar, salíamos, nos quedábamos a dormir una en casa de la otra todo el tiempo. Y una de las cosas que hacíamos cuando estábamos juntas era dibujar figurines con vestidos dramáticos y majestuosos.
Ella siempre dibujó bien, yo más o menos pero me las ingeniaba...
Llegamos a imaginar estudiar juntas en Flego (una academia de enseñanza de diseño de modas muy famosa en aquellos años) cuando termináramos la escuela.
Pero yo nunca creí demasiado en mi capacidad para eso... además me parecía que en casa iban a decir que eso no era un estudio serio. Así que Natalia finalmente se anotó en la UBA para estudiar Diseño Textil (siempre le gustaron más las telas que la ropa en sí) y yo también en la UBA pero para estudiar Psicología.
Por supuesto, a pesar de haber sido toda la vida un ratón de biblioteca (aburrida, según mi prima, porque prefería leer a salir a jugar), no podía terminar el CBC. No por sacarme malas notas... simplemente no podía aprobar Semiología y Biología (bah, me fui a final y me colgué, después quedé libre, después me reincorporaron pero faltaba... etc.). No entendía qué me pasaba... Por qué ese vacío y ese bajón constante...
Cuestión que cuando me agarró la veintena, estaba más en otra cosa que en estudiar (trabajar, salir, viajar, aprender guitarra) y colgué los botines.
Pasé por varios trabajos hasta que entré en la municipalidad, en la dirección de Catastro.
Y así pasó bastante tiempo, hasta que quise retomar los estudios, pero ya habiéndome dado cuenta que lo que necesitaba no era ser psicóloga sino buscar una. Y me busqué una y cambié de carrera, por una que me permitía estar en contacto con algo que amo, los libros. Me anoté en Bibliotecología, en la Biblioteca Nacional. Hice la mitad de la carrera pero no podía entender cómo a mí, que amo los libros, me aburría tanto Clasificación y Catalogación.
Después de mucho aburrirme, la largué.
Ahí me fui a vivir con amigos, seguí terapia, fui a un taller de canto, salí mucho, me hice una gran amiga: Fernanda.
Volví a lo de mis viejos. Seguía trabajando en la municipalidad (ya iban 2 años y pico).
Por bastante tiempo fui peronista: de casa al trabajo y del trabajo a casa.
En el 2003 ó 2004 me fui definitivamente de lo de mis viejos (ya separados desde hacía un tiempo) para venirme a vivir a Temperley con el que en el 2006 me casé (y del que ya estoy divorciada) y en el interín decidí darle una oportunidad a mi sueño de chica. Se me ocurrió medio tímidamente, como una tontería que tenía ganas de hacer. Así que me anoté en un curso de moldería y otro de figurín en el Instituto Fernanda Gonzalez, que me encantó.
A todo esto, seguía trabajando en la municipalidad (2 horas y pico de viaje de ida y otras 2 horas y pico de viaje de vuelta -o un colectivo, un subte y dos trenes de ida y de vuelta- tooooodos los días) y después de año y pico así compramos el auto para que pudiera ir y volver y no morirme estresada.
Un día me comentan que en el Ministerio Público del Departamento Judicial Lomas de Zamora se iba a abrir un concurso para empleados administrativos (sin ser requisito ser abogado ni estudiante de derecho). Por supuesto, me anoté de cabeza y rendí varios exámenes y pasé varias entrevistas. Un día (casi un año después del concurso) me llamaron y entré a trabajar en una fiscalía. Ahí ya estaba estudiando en el CETIC, cursando primer año de Diseño de Indumentaria.
Finalizando el año en casa las cosas no estaban bien (nunca estuvieron muy bien que digamos, para ser sincera) y aunque aprobé las materias, no fui a los finales y dejé nuevamente los estudios, para levantar los ánimos.
Como otra de las cosas que más me gusta es tejer, hice un curso de moldería en tejido de punto en la escuela de Claudia Maquieira.
Ahí me separé y quedé en la ruina económica así que dejé todo lo que hacía menos Pilates, que era lo que más me ayudaba a mantener la cordura en medio del caos.
Y viví sola un año, feliz de la vida de ser la única que manejaba el timón.
En el medio empecé a salir con Gabriel y un año después nos fuimos a vivir juntos.
Por hacer algo empecé el curso básico en la Escuela Municipal de Cerámica de lomas y conocí a unas chicas maravillosas y descubrí el placer de amasar la arcilla y de crear algo con la alquimia de la tierra, el agua y el fuego...
Por supuesto, no podía quedarme quieta y también aprendí a hilar, a tejer con 5 agujas de doble punta y con circulares.
Pero sigo mirando la máquina de coser con anhelo y en junio participé en el INTI de un curso de diseño y color orientados a la artesanía textil... y otra vez sentí arder en mí algo que sólo puedo llamar "vocación"... ¿Tan racional soy que no puedo reconocer esa pasión? Quizás la reconozco y no puedo darle nombre, miles de veces pienso que es un capricho, que ya está todo inventado, que  qué puedo diseñar yo que le vaya a gustar a alguien... que mejor sería que me ponga a estudiar derecho, me reciba de abogada y pueda llegar a ser Fiscal, o Juez...
Y automáticamente siento que me apago.
Hoy descubrí que llego a tiempo de anotarme para el segundo cuatrimestre del CBC, y poder empezar cursar las 4 materias que necesito para entrar a Diseño de Indumentaria. Una de ellas es Matemáticas (Qué karma... odio las matemáticas, soy analfabeta matemáticamente, les tengo miedo)... Pero pienso que si otros la aprobaron, por qué no yo...
Y llegué al punto en que tengo que decidir. No puedo ir toda la vida sintiendo este vacío, y tratando de llenarlo con otras cosas, que no van ahí. Estoy en primer año de cerámica y sería muy triste dejar la escuela, ahí me siento bien y me divierto. Además tuve buenas notas en los parciales. Pero el fuego está afuera, en el horno, no en mí. No siento pasión, no hay arrebato.
Además, mi forma de vivir la vida es cada tanto preguntarme: ¿tiene corazón este camino?
Y este camino de hoy me dio muchas cosas queridas, amigas que ya van conmigo... pero me parece que el corazón está en otro lado.
Carta de tendencia - Color
para una línea de remeras
Preparada después del curso de color y diseño del INTI